Atletas: sexo, mentiras sin video
Los atletas tienen sexo como si fuese una performance deportiva más. Son activos, enérgicos, reincidentes y duraderos y, en la mayoría de los casos, lo único que se consigue, luego de su entrenamiento, es acabar paspada, aburrida y sin llegar al clímax. Ellos se van triunfantes creyéndose ser buenos amantes. Desconocen por completo la ecuación cantidad/calidad. Solo saben de glorias deportivas y poco de Fair Play. Preguntan si acabaste, más preocupados por constatar su virilidad que por un genuino interés en el otro; entonces, en un gesto solidario, es usual mentir para no romper su ilusión del gran macho. Cuando por fin quedás sola -luego de pararte en puntas de pie para despedir a tu hombre, ese David de Miguel Ángel que, previa elongación, se fue- te servís un whisky para olvidar el brindis anterior que hicieron juntos con Gatorade y pensás si no será hora de experimentar con otro tipo de amante: uno más imperfecto, más falible, más insano, más humano; que se oponga al estereotipo de deportista de elite; por ejemplo, un escritor.
APG
Hacía tiempo que no leía algo tan perfectamente satisfactorio