Orden del Día / 175

GENIOS DESTROZADOS

Vida de artistas

de Daniel Guebel

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Marcos Mayer sostiene -asumo haberlo leído en algún lugar que no puedo recordar, por tanto, tampoco precisar que sea exactamente así sino más bien que esté viciado de mi propia deformidad (perdón, Mayer)- que el Arte, dejando de lado los bretes para definirlo, consigue ponernos en alerta, en un estado de interpretación permanente, y tal vez ahí radique su principal objetivo. Una interpretación permanente que nos tiene en movimiento -en vela, en vilo- y que acaba siendo la mejor manera de no llegar a ninguna parte. En esa infructuosa búsqueda de respuestas, irracional como un capricho, acaba mezclándose el placer con la amenaza de decepción. Es un doble juego perverso, en donde la cosa nunca termina de develarse y eso lo vuelve atractivo. Pero nugatorio.
Si es ineluctable -una obsesión- la búsqueda del significado del Arte, aún más lo es, el descubrir la vida de quienes lo gestan: Genios destrozados. Vida de artistas. Daniel Guebel se propone, en éste, su último libro (Eterna Cadencia Editora, 2013), inmiscuirse en el subsuelo de sus almas. ¿Es condición sine quanón estar destrozado para ser genio? ¿O acaso todo genio, a la larga, acaba destrozado?

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Son treinta y tres los relatos que refugia este libro. Treinta y tres que están bien. Muy bien. Con gran maestría, Guebel entremezcla lo genuino con lo apócrifo desconcertando al lector, consiguiendo que, a vista del exquisito resultado, el mecanismo acabe siendo irrelevante, porque en cada falso se esconde siempre algo de auténtico. En la simulación de la obra ajena, el falsificador no resiste a la tentación de hacer la suya. A menudo, es sólo un detalle sin interés, un trazo inesperado. Así termina traicionándose a sí mismo: revelando su propia sensibilidad. A modo de ejemplo, Guebel escribe en el relato que da inicio al libro:


“La crítica tradicional señala que es el propio Rembrandt quien se presenta como cadáver para diseccionar en La lección de anatomía de Nicolaes Tulp y que la obra es una velada autobiografía. Su asunto más verdadero sería entonces el desgarro, el modo en que los dientes de la vida trabajan la carne humana para encontrar el órgano más sufriente.”

En otro relato, Varela es un pintor al que Guebel sitúa en un atelier en el Delta. Al artista no le preocupa con cuál alumna debe acostarse y con cuál, no (es un dilema que cree tener controlado), sino más bien le quitan el sueño cuestiones de otro tipo:


“Claro que como el río no es mensurable, se trataba de fijar en el lienzo una superficie idéntica a la que surca un determinado espacio durante… ¿cuántos segundos? Pero hasta ese extremo de realismo acuático se mostraba falso. Entre la inmovilidad de la pintura y la agitación del agua no hay acuerdo posible. Tal vez el agua no debía ser pintada sino representada… Pero ¿qué significaría una tela pintada de marrón?”

Hay también una pianista uruguaya unida a su hombre a través de gargantuescos banquetes. Y hay un pintor cordobés, de la década del veinte, afiliado al PC, que viaja a la URSS, para acabar en un Hospital participando de orgías en nombre del Régimen. Y están Zizek y Rhotko. Y está presente, en otro relato, Gary Peacock, que ya no se desempeña como magistral contrabajista de jazz, sino como Director de cine. Y hay un gato. Y una mujer enana y barbuda, atracción de circo. Y Lucio Fontana, Picasso y Braque. Así, hasta llegar a treinta y tres textos, entre los cuales Guebel se da el gusto de ensayar.

Barragán es el amigo “fuente”, el que nutre a Guebel de anécdotas de artistas para que él las delinee con su trazo genial, para devolvernos grandes farsas, desopilantes, delirantes. Entretenidas. La conciencia, la intuición o el olvido de esa farsa es lo que, en definitiva, atrapa al lector, una y otra vez, de principio a fin.
Como otro tipo de genio: el genio de la lámpara, Guebel incita a leer, Genios destrozados, una y mil veces, en mil y una noches.

APG

26/11/2013

Queda archivado bajo el nombre de Genios destrozados, de Daniel Guebel, en el cajón de Las No Reseñas

~ por APG en diciembre 4, 2013.

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